El Mundo publica un artículo sobre las propiedades y beneficios del azúcar de abedul.
«El azúcar tradicional, esa dulce tentación a la que pocas veces nos podemos resistir, le ha salido una competencia dura: el azúcar de abedul.
Hemos oído hablar de muchos edulcorantes, como la sacarina, el aspartamo o la stevia, y la polémica que les rodea. Primero son muy buenos y luego parece que no tanto. El azúcar de abedul es 100% natural. Su proceso es sencillo: se machaca la corteza del árbol que lleva su nombre y pasa por una serie de tratamientos para obtener el xilitol, que es lo que conocemos propiamente como azúcar de abedul.
Su apariencia es igual a la del azúcar de mesa, en versión blanca o morena, como la que ilustra esta página. Tanto, que si ponemos un poco de ambos productos en un recipiente no sabríamos distinguirlos. Hasta que lo pruebas. El edulcorante procedente de estos árboles que crecen en Europa, especialmente en los países nórdicos, Asia, América del Norte y Norte de África, tiene un sabor más refrescante, como cuando masticas un chicle de menta y notas el subidón inicial de frescor que alegra el paladar.
Por eso pensaba que mezclado con café, que es lo primero que tomo por las mañanas, iba a saber diferente. Pero me llevé otra sorpresa. Su sabor en las infusiones, cafés, tés o zumos es igual y endulza lo mismo con una cantidad idéntica al clásico sobre de azúcar blanquilla procedente de caña o de remolacha.Su poder endulzante es tal que también se emplea en cocina y repostería.
Pero, tras la apariencia y su sabor, se acaban las semejanzas. Pasemos a la gran diferencia: el azúcar de abedul, que también se conoce como azúcar de madera,tiene importantes beneficios. ¡Golosos y golosas del mundo: he aquí un milagro de la naturaleza!»
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